La kombucha, una bebida fermentada con miles de años de historia, ha acumulado con el tiempo una buena dosis de mitos y malentendidos. ¿Es realmente una bomba de azúcar? ¿Contiene alcohol? Es hora de separar la realidad de la ficción.
Esta popular bebida fermentada es conocida por sus múltiples cualidades: contiene antioxidantes que combaten los radicales libres, apoya la detoxificación natural del cuerpo y promueve una flora intestinal sana gracias a sus bacterias beneficiosas. Además, es muy fácil de preparar en casa, lo que te permite experimentar con sabores y tiempos de fermentación mientras disfrutas de sus potenciales beneficios para la salud.
Los mitos y verdades sobre la kombucha, a examen:
Verdad n.º 1: La kombucha es una bebida energizante
Mucha gente considera que la kombucha es revitalizante por su naturaleza refrescante y efervescente. Sin embargo, este efecto no se debe principalmente al contenido de cafeína del té. Está más relacionado con la combinación general del sabor de la bebida, su carbonatación natural y el ligero estímulo que puede aportar la cafeína. El efecto vigorizante de la kombucha suele ser más suave que el de una taza de café, pero algunas personas sí sienten un aumento de energía o estado de alerta después de tomarla.

Verdad n.º 2: La kombucha es una fuente excelente de probióticos
La idea de que la kombucha es la fuente "perfecta" de probióticos en comparación con otros alimentos fermentados es un tema de debate. Si bien es cierto que la kombucha contiene probióticos y tiene potenciales beneficios para la salud, no es necesariamente superior a todos los demás alimentos fermentados en cuanto a contenido probiótico o beneficios generales. La elección de la mejor fuente de probióticos depende de las preferencias y objetivos de salud de cada uno, y existen muchos otros alimentos fermentados que también son excelentes fuentes.
El kéfir, por ejemplo, a menudo se considera una fuente más fiable de probióticos, ya que contiene cepas específicas de bacterias beneficiosas conocidas por su capacidad para mejorar la salud intestinal.

Mito n.º 1: La kombucha tiene un alto contenido de azúcar
El azúcar que se añade para hacer kombucha es en realidad el alimento para el cultivo, y se consume casi en su totalidad durante el proceso de fermentación. Cuando la fermentación termina, queda muy poca azúcar residual, unos 2,5 gramos por cada 250 ml. En comparación, la misma cantidad de un refresco de cola contiene unos 30 gramos de azúcar.
Eso sí, la kombucha comercial puede variar en contenido de azúcar y aditivos según la marca. Algunas pueden tener azúcares añadidos o saborizantes artificiales, mientras que otras priorizan los ingredientes naturales y un bajo contenido de azúcar. Es fundamental leer bien las etiquetas. Al hacer tu kombucha en casa, tienes el control total sobre los ingredientes, lo que la convierte en la mejor opción para quienes quieren limitar el azúcar y los aditivos.

¡No te pierdas los nuevos contenidos sobre fermentación!
Suscríbete a la newsletter de Kefirko
Mito n.º 2: La kombucha tiene un alto contenido de alcohol
La kombucha es una bebida fermentada y, durante este proceso, se producen trazas de alcohol. Sin embargo, para que la kombucha de producción comercial se considere no alcohólica, generalmente se exige que tenga un contenido de alcohol inferior al 0,5% por volumen (ABV).
Muchas bebidas alcohólicas como la cerveza, el vino o los licores tienen un contenido de alcohol mucho mayor, que suele oscilar entre el 3% de las cervezas ligeras y el 40% o más de los destilados. Por lo tanto, aunque la kombucha contiene alcohol, suele ser en concentraciones muy bajas e insuficientes para provocar intoxicación. No obstante, es importante ser consciente de ello, especialmente para las personas que deben evitar el alcohol por completo por motivos personales o de salud.
El contenido de alcohol en la kombucha casera puede variar dependiendo de factores como el tiempo de fermentación, la temperatura y la actividad de la levadura. Si se deja fermentar durante un periodo prolongado o en condiciones que favorecen a las levaduras, el contenido de alcohol puede superar ligeramente el umbral comercial del 0,5%. Puedes medir el nivel de alcohol con un refractómetro.
En resumen, en el mundo de la kombucha conviven realidades y ficciones. Algunas creencias sobre este té fermentado son ciertas, mientras que otras no son más que mitos. La kombucha tiene una larga historia y puede ser una aliada para tu bienestar, añadiendo una opción única y deliciosa a tus bebidas. Así que, ¡a disfrutar de la fermentación en casa!